Lo complicado del amor no es como
entra, sino como sale.
Es el agujero que deja pronunciar tu
nombre,
es el recuerdo de tus manos perforando
mi mente
abriendo un túnel vacío donde
descarrila el invierno.
Busco sin encontrarte;
sabiendo que todos los futuros son un
instante
y el tuyo debía ser conmigo, y no en
otra cama
que te escupe un amor rutinario con
caricias en piel inerte.
Porque en el espejo de tus ojos habitan
nuestros momentos:
mira atrás; verás un descampado y mis
besos posados en tu nuca
y la chispa que ya no sentirás en otra
lengua.
Tu cuerpo se encaja en mis brazos y
volvemos al punto de partida donde
nacieron unos adolescentes.
Busco sin encontrarte;
no hay nadie, miradas en el agua del
fondo de un pozo,
un montón de cenizas, tu ausencia
cobarde
sin dejar una palabra en el vaho de la
ventana.
El mundo cambiaba sólo con rozarnos
pero ya sólo brota el odio de un amante
lapidado.
Sigo mi camino, piso la hierba, cae la
noche,
voy flotando a la deriva en calles que
parpadean.
Escribo a solas. Viene la marea. Te
mientes.
Lo complicado del amor no es como
entra, sino como sale.
¿Cómo sale? haciéndonos heridas a
bocados
inyectando el veneno como una planta
carnívora.
Ignorándonos las tardes de domingo.
Rompiendo las hojas en blanco que
quedaban por escribir.
Vete. Si de verdad no lo entiendes,
vete del todo.
Pero si vas a hacerme daño, que sea
mordiéndome los labios.
(Texto de Suso imagen de google)